Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-10
En aquel tiempo designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir él. Y les decía: «La cosecha es abundante y los obreros pocos: rueguen pues, al dueño de la cosecha que mande obreros a su cosecha. ¡Pónganse en camino! Miren que les mando como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias y no se detengan a saludar a nade por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ella su paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya y digan: “Está cerca de ustedes el Reino de Dios”. Cuando entren un pueblo y no los reciban, salgan a la plaza y digan: “Hasta el polvo de su pueblo, que nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos sobre ustedes. De todos modos, sepan que está cerca el reino de Dios”».
Palabra del Señor